Es un método terapéutico para la prevención, alivio o curación de enfermedades utilizando medicamentos homeopáticos.
La homeopatía es eficaz para prevenir y tratar tanto enfermedades agudas (gripe, tos, diarrea, crisis de migraña, contusiones etc.) como crónicas (alergia, dermatitis, asma, afecciones reumáticas, ansiedad etc.), en infecciones de repetición (garganta, oídos, ginecológicas, urinarias….), e incluso en cuidados paliativos (control de síntomas como dolor o estreñimiento y alivio de efectos secundarios como las nauseas de la quimioterapia...).
En homeopatía, y especialmente en enfermedades crónicas, el objetivo es ir más allá del alivio de los síntomas que van apareciendo, se busca ayudar al paciente a restablecer globalmente su equilibrio natural. Para ello, el médico homeópata en la consulta tendrá en cuenta, además de los síntomas o problemas de salud que presenta el paciente, su constitución física y su forma de reaccionar y sensaciones frente a la enfermedad, además de factores de mejoría o de empeoramiento. Por eso se dice que el tratamiento, en homeopatía, es más individualizado.
Además, estos medicamentos tienen la ventaja de que en general, no presentan contraindicaciones, interacciones medicamentosas ni efectos adversos relevantes relacionados con la toma del medicamento, por lo que se recomiendan habitualmente para todo tipo de pacientes, incluso niños, embarazadas y enfermos polimedicados.
Según el caso, estos medicamentos se utilizan solos, en exclusiva, o junto a otros tratamientos, sobre todo en enfermedades crónicas. En este caso, la utilización de los tratamientos homeopáticos asociados a los convencionales, permite en muchos casos, bajo supervisión del especialista, reducir la medicación convencional y/o sus efectos secundarios.
La homeopatía es bastante conocida tanto por los adeptos que consigue a base de prometer una solución a la mayor parte de los problemas de salud de nuestra vida cotidiana, como por los detractores de esta, que aseguran que sus efectos no han sido probados y no se puede demostrar su eficacia. Sin embargo, en este caso queremos hablarte de aquellas dolencias que más se tratan con remedios homeopáticos.
Dolencias de lo más común
La homeopatía se utiliza en el tratamientos de muchas enfermedades y dolores, pero de forma mayoritaria lo hace en el de infecciones, enfermedades comunes y también en estados anímicos no demasiado positivos. De hecho, hay soluciones homeopáticas por ejemplo para prevenir alergias, para hacer que nuestro sistema respiratorio esté más limpio, o para lograr salir de una depresión por problemas cotidianos que se van acumulando.
Es decir, aunque hay más fórmulas que éstas, las soluciones homeopáticas que más salida tienen son las que curan cosas a las que, si bien no se le da gran importancia médica, podrían causarnos molestias diarias, y también a aquellas que tienen que ver con problemas psicológicos o de estados de ánimo.
Homeopatía para enfermedades crónicas
También es cierto que además de los casos anteriores, la homeopatía se suele utilizar y recomendar en muchos casos de enfermedades crónicas, que aún pese a no tener cura y contar con un tratamiento oficial, pueden complementarse con el tratamiento homeopático.
Este conocimiento exacto de la similitud entre el medicamento y la enfermedad, justifica el objetivo, específico de la Homeopatía, de individualizar al enfermo y su tratamiento, utilizando las capacidades de reacción de cada persona.
Aplicando estos principios, la Homeopatía utiliza substancias orgánicas, minerales y vegetales para estimular las defensas inmunitarias del organismo. De este modo, el cuerpo puede movilizar sus defensas propias, en contra de los agentes patógenos, virus y bacterias, y recuperar su equilibrio, desestabilizado por las agresiones de la vida moderna (estrés, contaminación,...).
La HOMEOPATIA se fundamenta en dos leyes:
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LEY DELA SIMILITUD O LEY DE LOS SEMEJANTES.
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LEY DELA INFINITESIMALIDAD.
La HOMEOPATIA es un Método Terapéutico que consiste en dar al enfermo dosis bajas o infinitesimales de la sustancia, que administrada a dosis altas y a sujetos sanos, provoca en ellos síntomas semejantes o parecidos a los del enfermo.
Acostumbrados a la terapéutica tradicional, la HOMEOPATIA puede resultar sorprendente, pero si profundizamos, observamos que en medicina tradicional o ALOPATIA también se utiliza a menudo la ley de la similitud.
Existen diferentes escuelas médicas que dan lugar a diversos modos de prescripción.
Son fundamentalmente tres:
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UNICISTAS
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PLURALISTAS
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COMPLEJISTAS
LOS UNICISTAS
Estos médicos se inspiran en el Dr. James Tyler Kent. El unicismo o kentismo utiliza el principio del remedio único: dicho remedio único o SIMILIMUM debe corresponder a la parte principal de los síntomas observados en el enfermo. Ese remedio único (remedio de fondo) va a tratar el terreno del enfermo, lo prescribirá una sola vez y no lo volverá a renovar hasta que no cese su efecto.
El SIMILIMUM se sustituye por varios SIMILES.
Los remedios los irá variando en función de la evolución de los sintomas.
Al mismo tiempo también prescribirá el o los medicamentos de fondo.
LOS COMPLEJISTAS

