EMPEZAR EL MASAJE
Sensibilidad, atención, un poco de tiempo y de energía y un buen par de manos es todo lo que se necesita para empezar a practicar el masaje. Pero, independientemente de la terapia que se decida aprender, hay ciertas directrices generales que se aplican en los tres tipos de tratamiento. En primer lugar es conveniente tener preparado el entorno de manera que todo esté dispuesto para la sesión antes de empezar la habitación ha de estar cálida confortable con almohadones mantas v toallas a mano v con el aceite o los polvos que pueda necesitar. Si se ve obligado a levantarse para ir a buscar otra estufa, o un poco más de aceite por ejemplo la continuidad del tratamiento se verá interrumpida. Igualmente, no se logrará el objetivo de la sesión si la otra persona no puede relajarse por tener frío o sentirse incómoda. Piense también eh lo que necesita para su propia comodidad. Para dar un buen masaje ó shiatsu, habrá de poder moverse con plena libertad, por lo que es esencial llevar una ropa holgada y cómoda. Además, de vez que cambie de posición durante el tratamiento, debe relajarse antes de reanudarlo. No comience en una posición ligeramente incomoda, pensando que la incomodidad desaparecerá. No será así, y su tensión se transmitirá a la otra persona.
Su comodidad depende directamente de la postura que adopte v de su respiración. Tanto sentado arrodillado o de pie ha de sentir el cuerpo equilibrado y relajado. Para que la energía curativa pueda fluir libremente mantenga la espalda recta en lugar de doblarla o encorvarse. Sus Movimientos han de hacerse desde el vientre y la pelvis utilizando todo el cuerpo para aplicar la presión no sólo las manos o los hombros. Si consigue respirar libremente dejar que su cuerpo se mueva con naturalidad evitará llegar a cansarse o sentirse ten terminando el masaje con tanta energía como tenía cuando empezó.
Su disposición mental y su actitud frente a la otra persona son de vital importancia para el éxito de cualquier terapia de contacto. Debe considerar cada sesión como una nueva experiencia y poner en cada una el sentimiento de verdadero interés, consideración y respeto. Antes de cada sesión hable con la pareja sobre lo que van a hacer v averigüe si tiene algún problema. Anime a la otra persona a interrumpirle durante la sesión si está incómodo o si las presiones son demasiado ligeras o demasiado fuertes. Pero, por regla general, trate de evitar las charlas superficiales solo conseguirían disipar la concentración y pasar de la comunicación del tacto al intercambio verbal de todos los días. No intente nunca empezar un tratamiento si está preocupado, indispuesto o de mal pues no sólo agotaría su energía, sino que además su estado de ánimo repercutiría sobre la otra persona.
Sólo conseguirá mantener la actitud adecuada si puede permanecer concentrad, dedicar a la otra persona toda su atención. Muchos de nosotros solemos pasar gran parte de nuestra vida pensando en el pasado o preocupándonos vagamente por el fu-turo, con lo que no vivimos el momento presente. Para la aplicación de cualquiera de estas terapias es esencial que centre su atención en el «aquí y ahora», pues la energía curativa trasmitida a través de las manos resulta debilitada o desviada cuando se está distraído. Al estar concentrado, uno puede guiarse por la intuición y estar más preparado para descubrir dónde se originan las fuentes de tensión o el equilibrio de la energía de la otra persona. También se puede encontrar el tipo de presión que necesita cada parte del cuerpo y distinguir entre un «dolor curativo• v la presión excesiva. Pero si empieza a distraerse mientras está trabajando, trate de recuperar la atención, concentrándose en su propia respiración. Trabajar con los ojos cerrados puede ayudar a mantener el contacto con lo que se está haciendo y prestar más atención al movimiento de las manos.
La concentración es una forma de reunir la energía un punto para poder luego canalizarla más fácilmente bacía cualquier actividad que se desee. Es un estado de equilibrio de calma fuerza y presencia real. Más exactamente concentrarse significa centrarse en el hara, el centro de la energía que está situado en el abdomen como se muestra en la ilustración. Para cualquier forma de masaje, así como para lie: artes marciales estar centrado en el bar« es de vital importancia pues permite ser flexible pero resistente, trabajar más con la intuición que con la mente. Cuando la energía está así canalizada, se necesita menos fuerza muscular y es posible dar basta una serie tratamientos sin agotarse. Estar concentrado también comporta mantener la postura correcta con la espalda recta y el cuello y los hombros relajados y conscientes del contacto con el cuerpo y el suelo.