La esclavitud psicológica

Vamos a empezar esta lección estudiando el siguiente texto, sacado del libro “La Revolución de la Dialéctica”, de Samael Aun Weor:

“La esclavitud psicológica destruye la convivencia. Depender psicológicamente de alguien es esclavitud.
Si nuestra manera de pensar, sentir y actuar depende de la manera de pensar, sentir y actuar de aquellas personas que conviven con nosotros, entonces estamos esclavizados.

Constantemente, recebemos cartas de mucha gente que desea disolver el yo, sin embargo, se quejan de la mujer, de los hijos, del hermano, de la familia, del marido, del patrón, etc. Esas personas exigen condiciones para disolver el yo.
Quieren comodidades para aniquilar el Ego, reclaman magnífica conducta de aquellos con quienes conviven.
Lo más gracioso de todo esto es que esas pobres personas buscan las más variadas evasivas: quieren huir, abandonar el hogar, el trabajo, etc. - dicen que- para realizarse a fondo.

Pobre gente... sus adorados tormentos son sus amos. Naturalmente, esas personas no aprendieron a ser libres, su conducta depende de la conducta ajena.

Si queremos seguir la senda de la castidad y aspiramos primero que la mujer sea casta, entonces estamos fracasados.
Si queremos dejar de ser borrachos, sin embargo, nos afligimos cuando nos ofrecen una copa, por causa de aquello que dirán o porque la excusa puede incomodar nuestros amigos, entonces jamás dejaremos de ser borrachos.
Si queremos dejar de ser coléricos, irascibles, iracundos, furiosos, sin embargo, como primera condición exigimos que aquellos que conviven con nosotros sean amables y serenos y que nada de lo que hagan nos irrite, estamos bien fracasados, sí, porque ellos no son santos y a cualquier momento acabarán con nuestras buenas intenciones.

Si queremos disolver el yo, necesitamos ser libres.
Quien depende de la conducta ajena no podrá disolver el Yo.
Necesitamos tener nuestra propia conducta y no depender de nadie.

Nuestros pensamientos, sentimientos y acciones deben fluir independientemente de dentro para fuera.
Las peores dificultades nos ofrecen las mejores oportunidades.

En el pasado, existieron sabios rodeados de todo tipo de comodidad; sin dificultades de especie alguna.
Esos sabios querían aniquilar el Yo, por eso tuvieron que crear situaciones difíciles para sí mismos.
En las situaciones difíciles, tenemos formidables oportunidades para estudiar nuestros impulsos internos y externos, nuestros pensamientos, sentimientos, acciones, nuestras reacciones, volubilidad, etc.

La convivencia es un espejo de cuerpo entero donde podemos ver tal cual somos y no como aparentemente somos.
La convivencia es una maravilla. Si estuviéramos bien atentos, podremos descubrir a cada instante nuestros defectos más secretos. Ellos aparecen, saltan fuera, cuando menos esperamos.

Conocemos muchas personas que dijeron: Yo no tengo más rabia... y a la menor provocación truenan y relampaguean.
Otros dicen: Yo no siento más celos, sin embargo, basta una sonrisa del cónyuge a cualquier vecino o vecina para que sus rostros se pusieran verdes de celos.
Las personas protestan contra las dificultades que la convivencia les ofrece. No quieren darse cuenta de que estas dificultades, precisamente ellas, están otorgándoles todas las oportunidades necesarias para la disolución del yo.
La convivencia es una escuela formidable. El libro de esa escuela tiene muchos volúmenes, el libro de esa escuela es el Yo.

Necesitamos ser libres de verdad si es que realmente queremos disolver el ego. No es libre quien depende de la conducta ajena.
Sólo aquel que se hace libre de verdad sabe lo que es el amor. El esclavo no sabe lo que es el verdadero amor.
Si somos esclavos de pensamientos, sentimientos y del quehacer de los demás, nunca sabremos lo que es el amor.
El amor nace en nosotros cuando acabamos con la esclavitud psicológica.
Tenemos que comprender profundamente y en todo los terrenos de la mente ese complicado mecanismo de la esclavitud psicológica.

Existen muchas formas de esclavitud psicológica. Es necesario estudiarlas todas si es que realmente queremos disolver el ego.
Existe esclavitud psicológica no sólo internamente como también externamente. Existe la esclavitud íntima secreta, la oculta, de la cual no sospechamos siquiera ni remotamente.
El esclavo piensa que ama cuando de verdad está sólo temiendo. El esclavo no sabe lo que es el verdadero amor.

La mujer que teme a su marido piensa que lo adora cuando de verdad sólo está temiendo.
El marido que teme a su mujer piensa que la ama cuando en la realidad es que la teme.
Puede ser que tema que se vaya con otro, que se ponga de mal humor, que no lo acepte sexualmente, etc.
El trabajador que teme al patrón piensa que lo ama, que lo respeta, que vela por sus intereses, etc.
Ningún esclavo psicológico sabe lo que es el amor; la esclavitud psicológica es incompatible con el amor.

Existen dos especies de conducta: la primera es la que viene de fuera para dentro y la segunda es la que sale de dentro para fuera.
La primera es el resultado de la esclavitud psicológica y se origina por reacción. Nos pegan y les pegamos, nos insultan y respondemos con groserías.
El segundo tipo de conducta es mejor, es el tipo de conducta de aquel que no es más esclavo, de aquel que nada mas tiene que ver con el pensar, el sentir y el hacer de los demás.
Tal tipo de conducta es independiente, es una conducta recta y justa.
Si nos pegan, respondemos bendiciéndolos. Si nos insultan, guardamos silencio.
Si quieren emborracharnos, no bebemos aunque nuestros amigos se enfaden, etc.

Ahora, nuestros lectores comprenderán por qué la libertad psicológica trae eso que llamamos de amor.”


Este texto nos habla sobre algunas dificultades que nosotros mismos colocamos en nuestro camino y que son un serio obstáculo para el cambio interior:

 

  • Tener un comportamiento que dependa de la voluntad de los otros y no de nuestros propios principios.
    Vaya, si queremos cambiar tenemos que seguir nuestros principios, hacer lo que creemos que sea correcto.
    Pero es común que algunas personas que viven alrededor y que no están interesadas en cambiarse a sí mismas, se sientan molestas cuando dejamos de ser lo que éramos, quieren que no cambiemos también, que continuemos a ser los mismos de antes, que volvamos a hacer las mismas cosas.
    A nosotros, como siempre nos resta escoger entre las dos conocidas opciones: ¿ Ser o no Ser?
  • Huir de las situaciones difíciles que ocurren en nuestra vida, y que son importantes para el autoconocimiento y el cambio interior. Este probablemente sea uno de los mayores obstáculos para el cambio interior.
    Es evidente que a nadie le gusta pasar por situaciones desagradables, aunque es en estas situaciones en que descubrimos nuestros mayores defectos, los defectos que necesitamos eliminar con mayor urgencia para elevar nuestro nivel del Ser.

Si nos habituamos a huir de las situaciones difíciles seremos siempre esclavos psicológicos y no podremos provocar en nosotros mismos un verdadero cambio.
Ante las situaciones desagradables tendremos que escoger entre enfrentarlas o huir de nosotros mismos.
De nuevo existen apenas dos alternativas: Ser o no Ser.

Por eso escribió Nietzsche: “El peor enemigo que usted podrá encontrar será siempre usted mismo”.

 

Evolución e Involución

En esta lección estudiaremos las leyes de evolución e involución, que son dos de las varias leyes mecánicas de la naturaleza a las cuales estamos sometidos. Podemos notar la acción de esta ley en los seres humanos observando desde que nace el niño, su crecimiento, desarrollo, vejez y muerte.

Si observamos otros seres, veremos que ocurre la misma cosa, por ejemplo; con las plantas.
Después del ciclo evolutivo siempre sucede un ciclo involutivo. Esa es la ley.
Sin embargo, como veremos en las siguientes líneas, podemos transcender esas leyes mecánicas de la naturaleza con el trabajo del despertar de la conciencia.
Antes, para una mejor comprensión, aprenderemos algunos nuevos conceptos sobre las dimensiones de la naturaleza y sobre de dónde venimos.

 

Lo Absoluto.

Es dónde emana toda la creación, mundos, seres, leyes de la naturaleza que abarcan los cuatro reinos: mineral, vegetal, animal y humano.
Esas leyes regulan los procesos evolutivos e involutivos de la creación en los planetas.
Toda la creación, mundos, galaxias, etc., provienen de lo que llamamos Absoluto.
No es fácil comprender algo tan vasto y más allá de la mente humana, pero por ahora es suficiente entender lo Absoluto como el punto de origen y retorno de toda la creación, algo que está más allá del bien y del mal y dónde reina la legítima felicidad y armonía divinas.

 

Las Dimensiones

De lo Absoluto se originan las varias dimensiones o regiones de la naturaleza. Estas dimensiones son mundos paralelos que se penetran y compenetran sin confundirse.
Las dimensiones son 7.
Los ejemplos de dimensiones más próximos de nuestra realidad (tal vez sería mejor decir “capacidad de percepción”) son la tercera dimensión, en la cual existe nuestro mundo físico, y la quinta dimensión en la cual existe el mundo astral, que tanto hemos hablado en este curso.

 

El Real Ser.

Las Monadas salen del Absoluto para tener conciencia de las dimensiones y de su propia felicidad.
A esto llamamos de Auto-Realización Intima del Ser. Monada es lo mismo que Ser, Real Ser o Padre.
Cada uno de nosotros tiene su propio Real Ser o Padre, que es nuestro Dios o Maestro individual, y es lo que realmente somos.

“Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.”
Jesús Cristo (Mateo – 6,6).

El Real Ser envía a través de las dimensiones su Esencia o Alma para que ella haga su trabajo: el trabajo de la Auto Realización Íntima del Ser.
En el curso hemos aprendido que nosotros somos la Esencia. La Esencia es una de las partes divinas de nuestro Real Ser.
Nuestra Divina Madre es otro desdoblamiento o parte de nuestro Real Ser.
Nuestro Real Ser nos impulsa para que lleguemos a obtener el conocimiento necesario para la Auto Realización, para hacer nuestro trabajo, para buscar algo superior.

Por eso que hay algo que no vemos y ni entendemos derecho, más simplemente tenemos unas ganas casi irresistible de buscar algo superior.
Es el Real Ser de cada uno que impulsa su Esencia a trabajar, a buscar ese conocimiento.

El problema es que nos olvidamos de eso porque estamos con la conciencia adormecida y fascinados por las cosas pasajeras e ilusorias de este mundo y no hacemos la voluntad de nuestro Padre.
El resultado es que creamos y alimentamos el ego y éste, a su vez, nos aparta del Padre cada vez más.
El resultado es dolor, ignorancia, miseria y sufrimiento. Al contrario, cuando hacemos la voluntad del Padre, todo camina armoniosamente.

 

El ciclo evolutivo.

Toda Esencia que llega al mundo físico empieza su evolución por el reino mineral. Todo mineral, roca, cristal, etc., es el cuerpo físico de uno elemental.
Esencia y elemental son sinónimos, pero utilizamos el término Esencia para el alma que está en el reino humano y elemental para la alma que está en los otros reinos (mineral, vegetal y animal).
Ese elemental es instruido por seres superiores cuya función es encaminar esos elementales sabiamente a través de los reinos en el proceso de evolución. Esos seres son llamados de Devas de la naturaleza.

Cuando llegan al reino humano los elementales, que pasaremos a llamar de Esencia, nuevamente necesitan instructores para seguir evolucionando en el camino de la Auto-Realización.
Los instructores ahora son llamados de avataras, auténticos Maestros de sabiduría que ya hicieron o están bastantes avanzados en el trabajo de la Auto-Realización, por eso son los únicos que nos pueden instruir.
A través de los tiempos podemos citar grandes Avataras como Jesús Cristo, Krishna, Buda, Quetzalcoalt, Hermes Trismegisto, Pitágoras, entre otros.

Estos avataras vinieron al mundo físico para enseñar la doctrina de la Auto-Realización. Muchas personas aceptaron. Muchas más nada quisieron hacer por sí mismas.
Cuando un Maestro parte, la doctrina original es poco a poco adulterada por los hombres y los conocimientos se pierden. Por eso en cada época fue (y es) necesario la venida de un avatara para instruir la humanidad.

A todas las personas son concedidas 108 existencias para que hagan su trabajo. Esto está simbolizado en las 108 cuentas del collar de Buda.
Si en esas 108 existencias no nos auto-realizamos, entramos en el proceso de involución.
Entonces pasamos a hacer el camino inverso. Entramos por el reino animal y vamos involucionando hasta el reino mineral.

 

El ciclo involutivo.

Este proceso es necesario para que el ego que creamos y alimentamos sea disuelto en las infradimensiones de la naturaleza. Es un proceso extremadamente lento y doloroso.

Cuanto más fuerte es el ego de la persona más tiempo llevará para desintegrarlo.
Las infradimensiones están relatadas de forma simbólica en el libro “La Divina Comedia“ de Dante Alighieri. Es lo que conocemos por infierno, palabra que por vez viene del latín infernus, que significa inferior.
Al terminar la involución en el reino mineral el ego es desintegrado. Esta es la segunda muerte citada en la Biblia.
Los Devas examinan el elemental para que puedan colocarlo nuevamente en el proceso evolutivo que se iniciará, como ya vimos, por el reino mineral y llegará al humano.
Con eso, la Rueda del Samsara completó una vuelta.

Otras 108 existencias tendrá la Esencia para realizar su trabajo de Auto-Realización.
Sin embargo, la rueda del Samsara gira 3000 veces para cada existencia. Después del último giro todas las puertas estarán cerradas.
El Real Ser entonces recogerá su esencia que volverá inconsciente para el Absoluto.

Concluimos entonces que tenemos 108 X 3000 = 324.000 existencias para hacer nuestro trabajo.
El problema es que somos muy antiguos, pasamos muchas veces por los mismos procesos involutivos y evolutivos y no sabemos cuántas existencias nos faltan.

Afortunadamente podemos desintegrar el ego aquí y ahora y escapar del proceso involutivo.
Es para eso que existe el trabajo del morir psicológico, base para la Auto-Realización Intima del Ser, y que vimos con detalles en este curso.
Desintegramos el ego voluntariamente y seguimos en dirección al Padre y la sabiduría, o entonces entramos en el proceso involutivo hasta la segunda muerte. Otra vez tenemos que escoger: ¿Ser o no Ser?