CAPITULO 19
EJERCICIOS PARA BEBÉS
19.1 El aura de una mujer embarazada
El aura de una mujer preñada es una de las más fáciles de ver, puesto que es particularmente luminosa y está llena de oro. Esto explica por qué una mujer preñada despierta con frecuencia un sentimiento de respeto, sino de admiración. Incluso si las personas a su alrededor no son capaces de ver su aura conscientemente, inconscientemente registrarán algo de la energía dorada, siendo impresionadas por la misma.
Por lo tanto, siempre que nos encontremos en presencia de una mujer embarazada, hemos de aprovechar la oportunidad para practicar el triple proceso de visión. El color dorado en el aura indica que la mujer embarazada está intensamente conectada a seres espirituales elevados, los cuales fomentan y apoyan al embrión. El embarazo es, pues, un momento privilegiado para el crecimiento espiritual. Es un momento para hacer mucha meditación y lecturas iluminadas, así como para trabajar en el desarrollo de la intuición y de la percepción. Aparte del hecho de que el bebé es extremadamente sensible a los pensamientos y emociones de la madre, siendo muy influenciable por los mismos, un foco espiritual durante el embarazo puede asimismo brindar grandes cambios interiores en la madre.
Mientras examinamos la energía de las mujeres embarazadas, permítaseme mencionar la gran dificultad que parece existir en la determinación clarividente del sexo del bebé. Debo mencionar que he visto confundirse reiteradamente en este punto a grandes clarividentes. Uno de los motivos es, probablemente, que se sintoniza con el cuerpo astral del bebé y, por tanto, lo que se ve está más relacionado con la vida anterior del bebé que con su presente encarnación. Así pues, incluso en el caso de que se perciba una clara determinación del sexo, será bastante difícil saber si es aplicable a la presente vida o a la anterior. Además, las almas que están encarnando en la actualidad llegan con mucho más de las dos polaridades - masculina y femenina - en su cuerpo astral que hace varios siglos, lo cual no simplifica el ejercicio. Si se acepta un consejo amistoso, es mejor no poner en juego la propia reputación como clarividente en una apuesta como esta. Podríamos acabar equivocándonos más del 50% de las veces!
19.2 El aura de un recién nacido
El aura de un recién nacido es intensamente luminosa, lo cual puede ser parcialmente relacionado con que, por un tiempo, el bebé mantiene algo de la luz de los ángeles que han asistido en el proceso de nacimiento. La fuerte participación de la jerarquía de los ángeles en todo lo que es relativo al nacimiento, hace que un parto sea una experiencia de conciencia de lo más fascinante. Alimenta el espíritu de todos los que están presentes. Yo recomendaría a todos los buscadores espirituales que aprovecharan cualquier oportunidad que se presente para estar en un parto.
En el proceso de la alquimia interior, cuando se trabaja en la construcción del cuerpo de inmortalidad, uno de los principales problemas es que ciertos planos han de hacerse de una materia y materiales (no físicos) muy especiales, los cuales no pueden hallarse en lugar alguno de nuestros entornos astral y etérico habituales. Con que se tenga solo un poco de dichas sustancias, se podrá hacer que crezcan de la misma forma que un cristal puede crecer a partir de un núcleo primario. Pero obtener este primer núcleo es una tarea bastante difícil, para la cual deberemos buscar la cooperación de ciertos ángeles. Al ser más avanzados, los cuerpos de los ángeles están rebosantes de dichas sustancias. Si podemos sintonizar con ellos de determinada manera, la nueva materia descenderá hacia nosotros como lo hizo el Espíritu Santo sobre los apóstoles en Pentecostés. Esto no se puede improvisar, claro está. Se requiere un corazón puro y una técnica precisa. Pero, cualquiera que sea nuestro nivel, solo unos segundos de proximidad a los seres de las jerarquías más elevadas demostrarán ser una inmensa fuente de inspiración.
Aparte del toque de los ángeles, durante los primeros 10 á 15 días sobre la Tierra el bebé todavía está saturado con las refulgentes impresiones astrales procedentes del viaje que acaba de completar a través de los mundos intermedios. Esto puede percibirse en forma de imágenes extremadamente vívidas, las cuales fluirán en nuestra conciencia tan pronto como sintonicemos con el aura del bebé. Recibiremos visiones claras de dónde procede el bebé: espacio, mundos entre la muerte y el renacimiento, y también, posiblemente, su última encarnación. El bebé está desbordante de imágenes astrales. Lo único que hay que hacer es sintonizar con él y las impresiones se precipitarán en nuestro campo de visión.
19.3 Los bebés están muy conscientes en su ojo
Los bebés son completamente psíquicos. Un modo sencillo y espectacular para convencernos de este hecho, consiste en permanecer muy enfocados en el tercer ojo mientras estemos en la compañía de un bebé (menor de un año). Nos asombrará lo sensible que es el bebé a cualquier mensaje que le enviemos a través del ojo.
Practicaremos del siguiente modo: cada vez que el bebé comience a llorar, o a expresar alguna insatisfacción, iremos directamente al ojo y sintonizaremos con el del bebé. Nos sorprenderá la frecuencia con que obtendremos una respuesta clara: de inmediato el bebé cesa de gritar y nos dice lo que no le gusta, directamente, de ojo a ojo. Incluso si las quejas no cesan por completo, habrá una respuesta y el bebé acusará recibo que ha sido efectuado el contacto.
Muchos bebés se irritan al no ser capaces de comunicarse con su entorno a un nivel psíquico. Tratan de expresar un amplio abanico de sentimientos, pero parece como si nadie notara nada. Es una experiencia bastante deprimente. Cualquier psicólogo se alarmaría si oyera que un niño fuera privado de contacto o estimulación físicos. Pues bien, cuando se abra nuestra visión, inmediatamente nos daremos cuenta que eso es lo que sucede a la mayoría de bebés, aunque a otro nivel.
Por consiguiente, un primer paso hacia una forma más iluminada de criar bebés consistirá en mantener la vigilancia en el ojo y ser receptivos a cualquier señal que puedan enviarnos. Tan pronto como el bebé vea que respondemos, se desarrollará una mayor armonía entre ambos. Además, el bebé empleará cada vez más su ojo para comunicarse con nosotros.
19.4 Observando como se duerme un bebé
En los capítulos acerca de la práctica nocturna, se describía como se atraviesa el umbral crítico entre estar despierto y dormido al menos dos veces diarias y que, pese a ello, la mayoría de seres humanos no obtiene beneficio alguno de ello. Los bebés, al vivir con una elevada intensidad psíquica, están más en contacto con este misterio. Por tanto nos beneficiaremos de estar en el ojo y en el corazón, sintonizando con el bebé cada vez que este atraviese el umbral. Trataremos de sentir y participar del estado de conciencia que experimenta el bebé mientras se queda dormido y así podremos llegar a familiarizarnos más con la experiencia del umbral.
Cuando nos quedamos dormidos, nuestro cuerpo astral (C.A.) y el Ego se retiran del cuerpo físico (C.F.) y el cuerpo etérico (C.E.). El complejo superior (C.A.+Ego) se separa del complejo inferior (C.F.+C.E.). El complejo superior (C.A.+Ego) se va a viajar durante la noche y el complejo inferior (C.F.+C.E.) se queda en la cama.
Aunque para la mayor parte de los adultos el complejo superior no puede separarse por completo del inferior. Es como una articulación que se queda un poco rígida con el tiempo. Así, a menos que lleguen a dominar la práctica nocturna, la mayoría de los adultos nunca alcanzan la profundidad del sueño que solían experimentar cuando eran niños. La situación suele ir deteriorándose: las personas mayores se despiertan varias veces por la noche y raras veces se sienten completamente frescas por la mañana. Esta lenta separación del complejo superior (C.A.+Ego) del inferior (C.F.+C.E.), explica por qué no es tan fácil observar a un adulto dejando su cuerpo por la noche al dormirse.
Por otro lado, en los niños pequeños dicha disociación es rápida e intensa. Por consiguiente, si dirigimos nuestra visión a un niño que se esté quedando dormido, podremos ver con bastante claridad el complejo superior abandonando el inferior. En otras palabras, es impresionantemente fácil ver a nuestro bebé fuera del cuerpo (lo cual está lejos de ser el caso en lo que respecta a los adultos).
Los bebés son notablemente buenos viajando astralmente. Tan pronto como se quedan dormidos se proyectan en el espacio. Debido a la intensa luz que impregna su cuerpo astral, no resulta muy difícil seguirlos clarividentemente en las primeras etapas de su viaje, inmediatamente después que han dejado su cuerpo físico. Cada vez que nuestro bebé se duerma, estemos muy sintonizados con él y... veamos!
Recuerdo un bebé de un año que yo estaba cuidando, el cual solía confundirme todo el tiempo. Lo ponía a dormir, lo cual nunca es muy fácil a dicha edad. Entonces salía de puntillas de su habitación, confiando en que no se despertaría muy pronto. Con frecuencia, tan pronto como yo me dejaba caer en un sillón (cuidar bebés es un trabajo agotador), le veía caminar por la puerta del salón. Durante un segundo pensaba, "oh, no! otra vez, no!", y entonces me daba cuenta que no era el cuerpo físico del bebé, sino su cuerpo astral. Qué alivio! Lo que quiero decir es que el bebé todavía estaba profundamente dormido en la cuna. Es, en verdad, bastante normal que los bebés se acerquen a decir hola! nada más quedarse dormidos, en la primera etapa de su viaje astral. Y entonces nosotros, o bien los perdemos, o bien los seguimos hasta muy lejos, en función de nuestros propios talentos como viajeros en el espacio astral.
Es bastante raro ver el cuerpo astral de un adulto, con tanta claridad y rapidez, tras quedarse dormido este. La persona debería estar notablemente entrenada y sus cuerpos sutiles muy desarrollados, construidos y "cristalizados". Aparte de los iniciados, la separación del cuerpo astral de los adultos durante el sueño es generalmente mucho más gradual y, de algún modo, vaga.
19.5 Nuestro bebé como maestro de meditación
Por definición, el cuerpo físico está hecho de materia física y, por tanto, sujeto a la gravedad. La gravedad es una característica esencial del plano físico. Cuando regresemos de un largo viaje por los planos astrales y espirituales, sentir la gravedad será señal que nos estamos aproximando al plano físico. Comenzaremos a sentirnos pesados y sabremos que ya no estamos lejos del mundo físico. Solo hemos de dejarnos caer un poco más para estar de vuelta en nuestro cuerpo físico.
Si los bebés son tan buenos viajando astralmente es porque su complejo superior (C.A.+Ego) está dotado de una fantástica energía de levedad, o antigravedad, la cual les proyecta hacia arriba tan pronto como se quedan dormidos. Hay mucho que aprender de esta energía que mueve hacia arriba, la cual es afín al udana-vayu, altamente alabado en los textos sánscritos. La presencia de esta energía de levedad también puede relacionarse con el hecho que los bebés están saturados con la luz de los ángeles. La antigravedad es tan natural para los ángeles como la gravedad para el mundo físico. Dicho llanamente, uno se convierte en ángel cuando llega a ser capaz de caerse hacia arriba.
Para beneficiarnos de esta energía tan especial y dar un acelerón a nuestras prácticas de meditación, procedamos de la siguiente manera: cuando nuestro bebé esté a punto de quedarse dormido, mantengámoslo en nuestros brazos. Dejemos que el bebé se quede dormido en nuestro pecho. Estemos conscientes en el ojo y en el corazón, como se ha explicado a lo largo del presente libro. Pero no estemos enfocados en el ojo con demasiada fuerza, pues podría ser excesivamente intenso para el bebé. Limitémonos a mantener una conciencia suave, un ligero foco en el entrecejo, y conectemos con el bebé.
Siempre que tengamos un niño muy pequeño (hasta quince meses) en nuestro pecho, tendrá lugar una mezcla natural de energías. En cuanto el bebé esté en nuestros brazos, la frontera entre su etérico (plano de la vibración) y el nuestro dejará de ser clara. Tratemos de ser conscientes de este proceso de fusión.
Ahora bien, si en el mismo momento en que el niño se duerma sintonizamos con él, también podremos ser proyectados hacia arriba. Esta es una gran ocasión para meditar. Lo único que hay que hacer es sintonizar, permitir que seamos elevados hacia la luz. Es como "caer hacia arriba" en la luz. El efecto de elevación es inmediato y ocasiona una expansión de la conciencia que posibilita alcanzar un nivel de meditación elevado. Conforme nos familiaricemos con dicha energía y aprendamos a fluir con la misma, el efecto se hará cada vez más claro. Si se está trabajando en la proyección astral, esta experiencia será de gran ayuda.
19.6 Unas palabras para los viajeros astrales
Por lo que hemos visto hasta ahora debe haber quedado prácticamente claro que, si viajar astralmente es una de nuestras grandes preocupaciones en la vida, podremos aprender mucho de los bebés.
Los seres humanos están actualmente en una condición en que están tan encarnados en su cuerpo físico que son incapaces de salir conscientemente del mismo. Están completamente atascados por la fuerza de la gravedad. El bebé está en la situación opuesta: su cuerpo astral está saturado con fuerzas de antigravedad. Para el bebé es la encarnación lo que supone un problema, hasta el punto que es incapaz de quedarse en su cuerpo durante mucho tiempo. Se queda constantemente dormido porque es tirado hacia fuera del cuerpo por la extraordinaria levedad de su cuerpo astral. El lema, pues, podría ser: "sigamos al bebé!"
Qué es lo que puede verse clarividentemente por encima del cuerpo de un adulto que esté profundamente dormido? Una especie de formación nebulosa, bastante fácil de percibir en realidad. (Cuando estemos en la misma habitación que alguien que esté dormido, no perdamos la oportunidad de observarle clarividentemente). Pero dicha formación nebulosa no es todo su cuerpo astral, sino una parte del mismo. El resto de su cuerpo astral está esparcido por los mundos astrales, aunque esto resulta mucho más difícil de percibir. Para ello, deberíamos ser capaces de seguir el alma del que duerme. Como vimos anteriormente, los niños muy pequeños son más fáciles de seguir porque, entre otros factores, salen de su cuerpo completa e instantáneamente, mientras muchos adultos permanecen medio fuera y medio dentro, retirándose de su cuerpo físico de forma únicamente gradual.
Practiquemos del siguiente modo: sentémonos cómodamente tras haber dejado al bebé durmiendo en la cuna. Vayamos al ojo y al corazón y sintonicemos con el bebé. Tendremos que ser muy rápidos y procurar ver al niño astralmente tan pronto como salga afuera. En los primeros minutos tras quedarse dormido, a menudo podremos ver al bebé astralmente como una réplica exacta de su forma física. Sintonicemos con las mismas partículas de luz que las de la tercera parte de la meditación del tercer ojo (sección 3.7); pero ahora con los ojos abiertos. Permanezcamos muy quietos, mirando la cuna, parpadeando tan poco como nos sea posible.
El bebé se quedará a nuestro alrededor durante algunos minutos y entonces desaparecerá. Ahora es cuando hay que estar sintonizados con el bebé y tan conectados como podamos con su fuerza antigravitatoria. Si podemos llegar a resonar con la extraordinaria energía de levedad del bebé, seremos literalmente tirados hacia arriba y proyectados en el espacio.
El próximo paso consistirá en procurar seguir al bebé tan lejos como podamos. Dejémonos transportar por la energía alrededor del bebé y sintamos como la calidad del espacio a nuestro alrededor cambia a medida que entramos en diferentes planos y mundos. Estar en un estado medio despierto y medio dormido de gran cansancio (común a muchos padres que son despertados varias veces cada noche por su bebé), ayudará verdaderamente a las experiencias de viaje astral. No recomendaría a nadie que se privara de dormir; pero si los padres ya están en dicho estado, pueden muy bien aprovecharse del mismo.
Los bebés estarán encantados si podemos viajar con ellos. Para ellos es muy divertido y también muy tranquilizador sentir una continuidad entre este mundo y los otros, encontrando a la misma gente en diferentes planos. También sabrán que, si algo va mal durante la noche, podrán correr hacia nosotros y conseguir ayuda.
19.7 Cuánto dura?
Hasta cuándo permanecerá psíquico nuestro bebé? Hasta cierto punto, dependerá de cuanto trabajo espiritual se comparta con el bebé. Cuanto más se practique el trabajo con el bebé, más semillas de despertar espiritual serán implantadas en esta edad de máxima receptividad.
Aún así, cuando el desarrollo mental del niño alcance un determinado nivel, sus habilidades psíquicas comenzarán a disminuir. Por lo tanto, hacia los dieciséis o dieciocho meses, cuando el bebé comience a pronunciar algunas palabras, se observará un descenso notable. El momento dorado para el trabajo psíquico con los bebés es durante el primer año, o bien hasta los dieciocho meses como máximo.
Cuánta de dicha capacidad psíquica se retendrá durante la infancia y la adolescencia, dependerá de la naturaleza del niño y de la calidad del ambiente del hogar y de la educación. Aún así, no creo que deba lucharse para que el niño permanezca psíquico a toda costa. La humanidad ya fue muy clarividente en el pasado. Si retrocediéramos al comienzo de la Atlántida, encontraríamos que los seres humanos podían percibir los mundos espirituales incluso con más claridad que el físico. Sin embargo, era parte del entrenamiento de la humanidad que dicha clarividencia atávica se perdiera y que llegaran épocas oscuras y de desconexión. Ahora nos encontramos en el amanecer de una época en que la humanidad recuperará las habilidades clarividentes, aunque de un modo más elevado en que el Ego jugará un papel directo.
Cada ser humano repite la historia del mundo, aunque en un lapso de tiempo mucho más reducido (lo que hace que el estudio de la embriología sea fascinante). Los niños llegan a la Tierra completamente abiertos, bañados en la luz de los mundos espirituales y apenas conscientes de la realidad física a su alrededor. Si esta percepción cósmica no fuera velada, para el niño sería muy difícil establecer referencias físicas y llegar a anclarse a tierra. Así, para respetar la tendencia natural del desarrollo, hemos de aceptar que nuestro niño se haga más "mental" y menos psíquico. Podemos acompañar el crecimiento espiritual del niño con una educación adecuada; pero no hemos de impedir que el niño viva en la mente.
Lo que ayudamos que el niño desarrolle en su primer año de vida permanecerá con él, aguardándole como un tesoro. Todo el trabajo psíquico logrado en la infancia reaparecerá años más tarde cuando sea adulto, metamorfoseado en forma de intensas fuerzas del alma. Pero la decisión de reabrirse tendrá que proceder del libre albedrío del adolescente o adulto, no de nuestros propios deseos como padres.
19.8 Los bebés fabulosos
Las parejas psíquicas son raras y, por tanto, para las almas evolucionadas no es fácil encontrar los padres adecuados. Cómo encuentran los niños a sus padres? El alma flota en el plano astral y es atraída, como por un principio de similaridad, hacia una madre en particular. Tiene lugar una especie de resonancia entre las disposiciones del niño y las de los padres, que es lo que ocasionará la atracción por un determinado útero o seno materno. Cuanto más avanzada sea un alma, más selectiva llegará a ser en su elección, esperando tanto tiempo como sea menester para encontrar unos padres que sean lo suficientemente evolucionados.
En consecuencia, cuanto más espirituales y clarividentes nos hagamos, más opciones tendremos de ser padres de un bebé-gurú. Semejante atrae semejante. La tradición hindú sugiere que la aspiración espiritual de la madre - antes y al principio de la gestación - es esencial para determinar qué tipo de alma encarnará. Las vibraciones espirituales de la madre, si son genuinas y profundas, atraerán un alma con una dirección espiritual. Por tanto, sería aconsejable que la madre dedicara tiempo a la meditación y que seleccionara cuidadosamente sus lecturas y fuentes de inspiración.
Aparte de este principio general, mi visión es que han encarnado en la Tierra muchas almas extraordinarias durante el período de la triple conjunción astrológica de Saturno, Urano y Neptuno, la cual abarca desde el año 1988 hasta el año 1997. Estos son los "bebés fabulosos", que han llegado para introducir principios completamente nuevos en los campos de las ciencias, las artes y la espiritualidad. Puede esperarse que muchos de ellos exhiban excepcionales habilidades psíquicas desde la cuna y que lo continúen haciendo durante la infancia y la adolescencia.
Preveo que los padres tendrán que efectuar un gran trabajo sobre sí mismos si pretenden ser de alguna utilidad para sus hijos, o incluso sencillamente para entender lo que está ocurriendo en su propia casa. Estos niños no serán fáciles de seguir, no solamente porque su nivel de desarrollo será de lejos superior al de sus padres, sino también porque vendrán para introducir semillas y conceptos totalmente nuevos en los campos de las ciencias, las artes y la espiritualidad.
Preparar el campo para el desarrollo de estos bebés fabulosos es uno de las principales razones por las que se fundó Clairvision.
APENDICE 2
CLAIRVISION SCHOOL
Clairvision School es una escuela de meditación y espiritualidad occidental. Su propósito esencial es ofrecer una instrucción orientada a la experiencia directa de las realidades espirituales y a entrenar a las personas a un alto nivel en autotransformación, crecimiento espiritual y conocimientos esotéricos. Los cursos de la escuela son, por lo tanto, intensivos y están diseñados para las personas altamente motivadas y sinceras en su acercamiento. Sin embargo no son necesarios entrenamiento ni conocimientos previos para incorporarse a Clairvision School.
Clairvision School ofrece en inglés sus cursos de correspondencia, "Knowledge Tracks", a varios niveles.
Ofrece – también en inglés – cursos residenciales intensivos de dos semanas. Los estudiantes que vienen del extranjero para dichos cursos internacionales, pueden prolongar sus estudios en Clairvision School. Los cursos residenciales incluyen un entrenamiento en meditación, desarrollo de chakras, circulaciones energéticas e ISIS, el método de Clairvision de autoexploración y regresión. Algunos aspectos más avanzados del trabajo pertenecen a la alquimia interior, la construcción de cuerpos sutiles, la transformación de la mente y conocimientos de seres superiores.
Además de los cursos internacionales, Clairvision School ofrece cursos en inglés semanales de larga duración para residentes en Sydney.
Para obtener información acerca de cursos en inglés visite: http://www.clairvision.org
Para pedir más información en inglés o castellano escriba a: E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.